Según el diccionario de la RAE "echar a una persona con cajas destempladas" significa "echar a alguien de un lugar con aspereza o enojo". ¿Pero de dónde procede esta expresión?
Antiguamente, cuando a un miembro del ejército o de la milicia se le expulsaba o se le degradaba por haber cometido una falta grave (deserción, por ejemplo, o cualquier otro acto deshonroso), se le hacía acompañar en acto público por un cortejo de tambores (cajas) con los parches aflojados, es decir con las "cajas destempladas", para que su sonido no fuese el habitual. Lo mismo ocurría cuando se ajusticiaba a alguien públicamente: la comitiva que conducía al reo hasta el cadalso llevaba también sus cajas destempladas. Incluso en las procesiones de Viernes Santo, que representan el camino hacia el Calvario, se utilizaban, y no sé si se sigue haciendo en algún lugar, esos tambores desafinados.
Tal vez fuera conveniente en la actualidad recuperar esa tradición para conducir a más de uno a las tinieblas exteriores.