El Parador de Gredos y el Pacto del Mantel

Author: Juan Nadie /

    Marzo de 1978. Siete hombres se reunen en el parador de Gredos para intentar dar un empujón a la futura Constitución que están redactando y que no avanza: Gabriel Cisneros Laborda, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, José Pedro Pérez-Llorca (UCD), Manuel Fraga Iribarne (AP), Gregorio Peces-Barba (PSOE), Miquel Roca i Junyent (Pacte Democràtic per Catalunya) y Jordi Solé Tura (PCE). Santiago Carrillo había advertido que no habría Carta Magna si los ponentes no se encerraban en un convento y se comprometían a no salir de allí hasta tenerla pactada. Le hicieron caso, sólo que no se encerraron en un convento, sino en el parador de Gredos (Ávila), en el alto del Risquillo: el primer parador construído en España (1928), por impulso del rey Alfonso XIII.
  En el "Salón del silencio", una estancia presidida por una gran chimenea y dotada de amplios ventanales desde los que se puede contemplar el impresionante macizo central de la sierra, dominado por el pico Almanzor, estos siete jóvenes políticos (cuatro de ellos no habían cumplido los cuarenta), encontraron la inspiración para intentar encarrilar la que llegaría a ser la Constitución más duradera de la Historia de España. Estuvieron allí, sin apenas salir del salón, durante más de una semana. Gabriel Cisneros acabó en cama con fiebre, después de haber leído las más de mil enmiendas que había que estudiar. Manuel Fraga y Gregorio Peces-Barba ganaban al dominó a todos los demás. Con motivo del XXV aniversario (2003), los siete -con la única ausencia de Solé Tura, por enfermedad- se volvieron a reunir en el mismo escenario  para redactar un texto -la "Declaración de Gredos"- en el que mostraban su orgullo por haber sido elegidos para llevar a cabo tan importante labor. El "Salón del silencio" se rebautizó como "Salón de los ponentes". Hay una placa que lo recuerda.
   También existe una placa conmemorativa en la entrada del reservado de la primera planta del restaurante José Luis, situado en la calle Rafael Salgado. ¿Por qué razón? Después del desbloqueo conseguido en Gredos, la situación había vuelto a estancarse. Entonces, Adolfo Súarez encarga a su vicepresidente Fernando Abril Martorell que busque el apoyo de la oposición (el PSOE había dado portazo, qué raro), apoyo que encuentra en una delegación del PSOE encabezada por Alfonso Guerra. El 22 de mayo se celebra en el restaurante una cena, que acabaría siendo conocida como "la noche de José Luis" o "el Pacto del Mantel". Abril llega acompañado por Rafael Arias Salgado, José Pedro Pérez-Llorca y Gabriel Cisneros. A Alfonso Guerra le acompañan Gregorio Peces-Barba, Enrique Múgica y Luis Gómez Llorente. Se pactan entonces 25 artículos de los 169 que tiene la Carta Magna. Durante largas noches, que se prolongan hasta la madrugada, se desbloquea definitivamente una negociación que parecía abocada al fracaso. Hubo más reuniones en otros sitios: el Nuevo Club, el Hotel Palace, el Meliá Castilla y, sobre todo, los despachos de Pérez-Llorca y Peces-Barba.
   Si a los siete ponentes se les ha dado en llamar "padres" de la Constitución, Abril Martorell y Alfonso Guerra bien pueden llevar el sobrenombre de "abuelos".

 
 
  De los siete "padres" sólo tres siguen vivos: José Pedro Pérez Llorca, Miquel Roca i Junyent y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón; y uno de los "abuelos": Alfonso Guerra González. El tiempo pasa.
  La Constitución cumplió ayer 35 años. Tal vez haya llegado el momento de plantear alguna reforma.

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Breve cronología de los antecedentes de la Constitución

1975 - Noviembre: Muere Franco. Juan Carlos de Borbón es nombrado Rey de España, según las Leyes Fundamentales. Torcuato Fernández Miranda, Presidente de las Cortes.

1975 - Comienza la marcha verde marroquí sobre el Sahara.

1975 - Diciembre: El Rey nombra su primer Gobierno: Arias, Fraga, Suárez, Areilza, Martín Villa, Garrigues, Calvo Sotelo, Solís, Osorio, ...

1976 - Marzo: Carrillo comienza a utilizar el término: "ruptura pactada".

1976 - En Vitoria se produce una oleada de huelgas. Resultado dramático: cinco trabajadores mueren por la represión policial.

1976 - Abril: El Rey y Fernández Miranda nombran a Adolfo Suárez como futuro sucesor de Arias Navarro.

1976 - Julio: El Rey cesa a Arias Navarro y nombra Presidente del Gobierno a Adolfo Súarez. Se concede una amnistía.

1976 - Septiembre: Es nombrado Presidente Primero del Gobierno el general Gutiérrez Mellado.

1976 - Diciembre: Santiago Carrillo es detenido. Se aprueba en referéndum la Ley para la Reforma Política.

1977 - Enero: Semana trágica. Madrid: mueren 2 manifestantes. 5 abogados laboralistas son asesinados por la extrema derecha en la calle Atocha. El Grapo mata a 3 policías y secuestra al general Villaescusa.

1977 - Abril: El Partido Comunista es legalizado.

1977 - D. Juan de Borbón renuncia a sus derechos dinásticos.

1977 - Junio: Primeras elecciones democráticas. La Unión de Centro Democrático (UCD) obtiene el 35% de los votos (165 diputados); PSOE, el 29% (118 diputados); PC, el 9% (20 diputados); Alianza Popular, el 8% (16 diputados).

1977 - Octubre: Se aprueban los Pactos de la Moncloa. Josep Tarradellas regresa a Cataluña.

1978 - Abril: El PC renuncia al leninismo.

1978 - Octubre: Congreso y Senado votan mayoritariamente la Constitución.

1978 - 6 de diciembre: los españoles votan la nueva Constitución en referéndum. 
            27 de diciembre: la Constitución es sancionada por el Rey. 
            29 de diciembre: se publica en el BOE.

1979 - Marzo: Elecciones Generales. UCD obtiene la mayoría relativa, 168 diputados; PSOE, 121 diputados; PC, 23 diputados;  Alianza Popular, 9 diputados.

Los Siete Sabios de Grecia

Author: Juan Nadie /

    ¿Y por qué no cinco o quince?
   Bueno, lo que ocurre es que el número siete siempre ha ejercido una enorme fascinación sobre el ser humano. Las más diversas culturas lo han utilizado como número mágico y le han dado múltiples significaciones, esotéricas o no. Pitágoras lo llamó "el número perfecto".
   El siete es el resultado de la suma entre el tres (lo celeste) y el cuatro (lo terrenal) [¿?]. Simboliza la relación entre lo divino y lo humano, cuyo resultado es la creación, que según la Biblia fue llevada a cabo en siete días: Dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó [Creo que sigue descansando].
  Los días de la semana deben su nombre a siete cuerpos celestes: la Luna (lunes), Marte (martes), Mercurio (miércoles), Júpiter (jueves), Venus (viernes). En español, sábado procede de la fiesta hebrea del Sabbat y domingo deriva de Dies Domini (Día del Señor), pero en inglés se mantienen los nombres originales derivados de Saturno (Saturday) y del Sol (Sunday).
   En el Apocalipsis de Juan se abren siete sellos antes de que se desencadene la ira de Dios, que somete al mundo a siete juicios -cuatro a la naturaleza y tres al resto de las cosas- y es escoltado por siete ángeles que hacen sonar siete trompetas para enviar siete castigos sobre los injustos.
 Siete son también los sacramentos de la religión católica: bautismo, confirmación, penitencia, eucaristía, extremaunción, orden sacerdotal y matrimonio; y los pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
    La Bíblia habla de siete vacas flacas y siete vacas gordas, que representan períodos de escasez y penurias y períodos de prosperidad, respectiva y alternativamente [Actualmente estamos en un período de vacas flacas].
    En la religión islámica hay siete estadios o cielos. También los egipcios dividían el cielo en siete partes.
    Siete son los brazos de la menorah, el candelabro judío.
   Siete son también las notas musicales: do, re, mi, fa, sol, la, si. Siete, las artes: pintura, escultura, arquitectura, literatura, música, danza y cine [A ver quién se atreve a incluir alguna más].   
   ¿Y las maravillas del mundo? Siete, naturalmente: la Gran Pirámide de Gizeh, los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Sepulcro de Mausolo (el Mausoleo) en Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría.
    Los hinduístas creen que existen siete chakras (centros de energía) en el cuerpo humano.

   Hay decenas de circunstancias en casi todas las culturas en las que el número siete aparece como número mágico, incluso divino, símbolo de perfección.
    Así que, siete.
   No es extraño, por tanto, que en la Grecia clásica eligiesen a siete personajes -entre los que se encontraban tanto filósofos como legisladores-, significados por su sabiduría práctica y por sus enseñanzas destinadas a ofrecer una guía de conducta y de vida para los hombres.

Los Siete Sabios de Grecia:

- Cleóbulo de Lindos, que gobernó como tirano en la ciudad de Lindos (isla de Rodas). 

- Solón el Ateniense, legislador y reformador social de Atenas.

- Quilón el Lacedemonio, que emprendió la militarización de la vida civil de Esparta y adoptó las primeras medidas para la educación castrense de la juventud. También para controlar a los altos funcionarios del estado. Se le atribuye la máxima que figuraba en el frontón del templo de Apolo en Delfos: "Conócete a tí mismo".

- Bias de Priene, legislador.

- Tales de Mileto, filósofo y matemático. 

- Pítaco de Mitilene, estadista griego que gobernó en Mitilene (Lesbos), junto con el tirano Mirsilo. Intentó restringir el poder de la nobleza y él mismo lo ejerció apoyándose en las clases populares.

- Periandro, tirano de Corinto que se ocupó de reglamentar y humanizar el trabajo de los esclavos, protegió a la clase social de los campesinos pobres y obligó a la nobleza a reducir la suntuosidad de sus gastos. La larga estabilidad de que gozó la ciudad bajo su mandato contribuyó a que fuera incluido en el grupo de los sabios de Grecia.

   A finales del siglo IV a.C. el filósofo Demetrio de Fáleros, discípulo de Aristóteles, recogió las sentencias atribuidas a los siete sabios de Grecia:

LOS APOTEGMAS DE LOS SIETE SABIOS DE GRECIA SEGÚN DEMETRIO DE FÁLEROS

1 - Cleóbulo de Lindos, hijo de Evágoras, ha dicho:
La moderación es la cosa mejor.
Hay que respetar al propio padre.
Preocupémonos de hacernos bien en cuerpo y alma.
Hay que acostumbrarse a escuchar, pero no todo indistintamente.
Conviene saber mucho, no ignorar.
Ten lengua benévola.
No hay cosa más propia de la virtud y contraria a la maldad que odiar la injusticia,
Observa la piedad.
Da los mejores consejos a tus conciudadanos.
Contén tu lengua.
No hagas nada con violencia.
Educa a tus hijos.
Dirige tus súplicas a la Fortuna.
Pon un límite a tus odios.
Considera enemigo público a quien odie al pueblo.
En presencia de otro, ni riñas ni halagues a su mujer: la primera actitud tiene mayor malicia, pero la segunda puede conducir a una pasión loca.
No castigues a tus esclavos cuando estén en estado de embriaguez; si no, creerán que tú asimismo estás borracho.
Cásate con una mujer de la misma condición que tú; si tomas una más rica, serán dueños los que tengas, no padres.
No animes la burla con tus sonrisas. Te harás detestar de aquellos a quienes ridiculizas.
En la buena fortuna no te muestres orgulloso; en la mala no te humilles.

2 - Solón el Ateniense, hijo de Egercétidas, ha dicho:
Nada en demasía.
No te sientas como juez, de otra manera serás odiado por los que condenes.
El placer es el engendrador de la tristeza. Observa escrupulosamente la honestidad en tu conducta; ella misma es preferible a la palabra dada.
Incrusta tus palabras en el silencio y el silencio en las circunstancias.
No mientas, di la verdad.
No te dediques a nada que no sea honesto.
No pronuncies palabras más justas que tus padres.
No te apresures demasiado a adquirir amigos; cuando los poseas, no los rechaces en la desgracia.
Cuando hayas aprendido a obedecer, sabrás mandar.
Si juzgas bueno que lo otros te rindan cuentas, consiente en rendirlas tú también.
No aconsejes a tus conciudadanos lo que sea más agradable, sino lo que es mejor.
No te muestres insolente.
No frecuentes a los malvados.
Consulta a los dioses.
Respeta a tus amigos.
Honra a tus padres.
Toma la razón como guía.
No digas todo lo que tus ojos hayan visto.
No publiques todo lo que sepas.
Sé dulce con los tuyos.
Conjetura lo que es invisible a partir de lo que es visible.

3 - Quilón el Lacedemonio, hijo de Damagetes, ha dicho:
Conócete a ti mismo.
Cuando bebas, guárdate de hablar mucho; si no, cometerás faltas.
No amenaces a los hombres libres; ello es inconveniente.
No maldigas a otro; si no, tú entenderás reflexiones que no te gustarán.
Camina lentamente si es para festejar con tus amigos, con toda prisa si es para socorrer sus infortunios.
Celebra tu boda con poco gasto.
Espera a la muerte de un hombre para proclamarle feliz.
Respeta a tus primogénitos.
Detesta a aquél que se ocupa indiscretamente de los asuntos de otro.
Más vale una pérdida que una ganancia ignominiosa; de la primera sólo te afligirás una vez, de la segunda siempre.
Nunca te rías de los desgraciados.
Si eres fuerte permanece tranquilo: los otros te respetarán por más que te teman.
Dirige bien tu propia casa.
Que tu lengua no se adelante a la razón.
Modera tu cólera.
En camino, no te apresures en ir deprisa ni en prestar juramento; es la actitud de un loco.
Obedece las leyes.
Si has sufrido una injusticia, reconcíliate con el autor; si es un ultraje, véngate.

4 - Pítaco de Mitilene ha dicho:
Has de saber discernir el momento favorable.
Lo que pienses hacer no lo digas, pues si no tienes éxito se reirán de ti.
Ayuda a tus amigos.
No hagas tú lo que reproches a otro.
No hagas reproches a un desgraciado; es entonces cuando interviene la venganza divina.
Devuelve lo que se te haya confiado.
Soporta los pequeños inconvenientes que los otros te causen.
Ama a tu prójimo aunque seas ligeramente inferior a él.
No hables mal de un amigo ni bien de un enemigo; es signo de irreflexión.
Hay gran ventaja en discernir el futuro: el pasado es seguro, el porvenir incierto.
La tierra es segura, el mar no lo es.
La ganancia es insaciable.
Adquiere honestidad.
Procura mostrar respeto.
Ama la instrucción, la moderación, la prudencia, la verdad, la buena fe, la experiencia, la destreza, la compañía de otro, la exactitud, la aplicación a los cuidados de la casa, el arte, la piedad.

5 - Tales de Mileto ha dicho:
Si haces algunas promesas, su incumplimiento no está lejos.
Recuerda a tus amigos, estén ausentes o presentes.
No te embellezcas por tu exterior; es por tu género de vida por lo que te debes embellecer.
No te enriquezcas deshonestamente.
Guárdate de resultar odioso por tus palabras a quienes se hallen unidos a ti por juramento.
No dudes en agasajar a los autores de tus días.
Rechaza todo lo deshonesto.
Los buenos servicios que hayas dado a tus padres, espera recibirlos en tu vejez de tus hijos.
Es difícil conocer el bien.
La mayor satisfacción es conseguir lo que se desea.
La ociosidad es castigable.
La intemperancia es un mal.
La ignorancia es un fardo pesado.
Aprende y enseña lo que veas mejor.
Rechaza la ociosidad aunque seas rico.
Oculta tu fortuna para no provocar la envidia.
Haz de modo que no suscites compasión.
Haz prueba de moderación.
Guarda de dar a todos indistintamente tu confianza.
Si mandas, gobiérnate a ti mismo.

6 - Bias de Priene, hijo de Teutamides, ha dicho:
La mayor parte de los hombres son deshonestos.
Te debes observar en un espejo: si te encuentras bello condúcete honestamente; si te encuentras feo corrige la imperfección de la naturaleza por la honestidad de tu conducta.
Actúa lentamente para abordar una empresa, pero si el trabajo comienza, prosigue con energía.
Detesta la precipitación y la habladuría, así evitarás las faltas;  pues no tardarás en lamentarte de esas imperfecciones.
No seas ni ingenuo ni malvado.
No cometas imprudencias.  Ama la prudencia.
Sobre los dioses di lo que sean los dioses.
Piensa lo que haces.  Sé un oyente complaciente.
Habla a propósito.
Si eres pobre sólo reprendas a los ricos cuando tus censuras sean particularmente útiles.
Gánate a la gente por la persuasión, no por la violencia.
Cuando hagas una acción, atribuye su causa a los dioses, no a ti.
Adolescente, dedícate a la acción; viejo, conságrate a la sabiduría.
A tu trabajo aporta la memoria; a tu carácter la nobleza; a tus esfuerzos la moderación; a tus miedos
la piedad; corregirás la riqueza con la amistad; pon lealtad en tus palabras, decencia en tu silencio, equidad en tus juicios, coraje viril en tus empresas osadas, tus actos de poder, tu gloria de la autoridad y tu noble naturaleza.

7 - Periandro, corintio, hijo de Cípselo, ha dicho:
El estudio abarca todo.
El descanso es cosa buena.
La temeridad es peligrosa.
Una ganancia deshonrosa es una acusación a nuestra naturaleza.
La democracia es preferible a la tiranía.
Los placeres son mortales, las virtudes inmortales.
En la bienandanza nuestra mesura, en la adversidad prudencia.
Es mejor morir con ahorros que vivir en la pobreza.
Muéstrate digno de tus padres.
Durante tu vida procura hacerte digno de alabanzas para que después de tu muerte se juzgue que has sido dichoso.
Sé el mismo para tus amigos afortunados o desgraciados.
Rompe con las malas obligaciones que hayas adquirido a tu pesar.
No divulgues conversaciones secretas.
Rechaza la idea de que en poco tiempo te harás amigo de aquéllos a los que te diriges.
Sírvete de las antiguas leyes pero con aderezo renovado.
No sólo castiga a los culpables sino que impídeles volver a cometer las mismas faltas.
Oculta tus desgracias para no proporcionar motivo de risa a tus enemigos.

Monte Testaccio, la colina de las ánforas

Author: Juan Nadie /

    Desde que existe la civilización, el ser humano ha querido dejar constancia de su paso por el mundo de muy diversas maneras. Una de ellas -no la menor- es pornerlo todo perdido de residuos materiales. En realidad, de todo tipo de residuos y deshechos, incluso intelectuales. Pero ese es otro asunto, en el que no vamos a entrar por ahora.

  El Monte Testaccio o Monte dei Cocci es una colina artificial de base triangular construida durante los siglos I - III d.C. en el sudeste de Roma, entre la margen derecha del Tíber y el Monte Aventino. Tiene una altura de unos 50 m (aunque seguramente fue más alta), un perímetro de 1490 m y una superficie total de unos 22.000 m2. Su nombre deriva de la palabra latina testa (tiesto), ya que está formado por la acumulación de los restos de alrededor de 26 millones de ánforas, básicamente de aceite de oliva, procedentes en su mayor parte (80%) de la Bética, concretamente de Hispalis (Sevilla), Corduba (Córdoba) y Astigi (Écija). El resto son ánforas del norte de África y en menor proporción de la parte oriental del Imperio.
    Las ánforas llegaban al complejo portuario fluvial de Roma, donde, tras vaciar su contenido en los almacenes situados al pie del Aventino, se rompían en pedazos, por no ser rentable su lavado y reenvío, depositando los restos en el que con el tiempo se convertiría en Monte Testaccio, donde se cubrían de cal para evitar malos olores. De ahí el popular nombre de Monte dei Cocci. De paso se inventaba el "punto limpio". Nihil novum sub sole.
   

   El Testaccio siempre formó parte de la vida romana, de sus tradiciones y festividades (carnavales, fiestas de la vendimia, ceremonias religiosas), pero durante siglos no se le dió ninguna importancia. El dato más antiguo que se ha encontrado sobre el Monte data del siglo VIII d.C.: una inscripción en el pórtico de la iglesia de Santa María in Cosmedin, relativa a la propiedad que se le había concedido a la diaconía. Por su semejanza con el Calvario, sobre sus faldas fue instalado un Vía Crucis, como recuerda la cruz situada en la cima del monte. También fue utilizado como cantera para extraer material con el que hacer más transitable el suelo de los fangosos caminos vecinos; o para construir en sus costados grutas en las que conservar el vino, ya que mantiene una temperatura constante de unos 17 ºC.
    No fue hasta finales del siglo XIX cuando se conoció su importancia científica, gracias a los trabajos del padre L. Bruzza y de Henrich Dressel. A partir de entonces el vertedero se reveló como un extraordinario filón de datos para la historia económica del Imperio Romano.
   Las ánforas descubiertas en la colina han ido aportando numerosa información sobre la evolución del puerto fluvial de Roma y sobre aspectos como el comercio entre la Península Ibérica, el norte de África y la capital del Imperio. Los arqueólogos han calculado que el aceite transportado en esos envases permitió abastecer la mitad de la dieta anual de aceite de oliva (aproximadamente seis litros) de un millón de personas durante 250 años.
  Más importante arqueológicamente es que sobre estas ánforas se han conservado una serie de inscripciones que, al igual que las etiquetas modernas ("código de barras"), aclaran muchos aspectos de la organización, producción y distribución del aceite en esas épocas. Los sellos y grafitos impresos antes de la cocción de las vasijas proporcionan información sobre la producción de aceite, y  las inscripciones pintadas posteriormente sobre ellas (Tituli picti) dan cuenta de la comercialización y distribución del mismo. Las inscripciones de cada ánfora indican el nombre del comerciante o transportista que la llevó hasta Roma y el año exacto de expedición. Todo esto convierte al Testaccio en un archivo fiscal de extraordinaria importancia para entender, no sólo la historia de la producción y comercio de aceite bético y africano durante el Imperio Romano, sino también la estructura del comercio y la intervención estatal en el mismo.
    Las últimas excavaciones llevadas a cabo (se realizan catas de 4 a 6 m2, en función de las caracteríaticas del lugar) indican que la colina no fue un simple vertedero, sino una estructura construída intencionadamente, elevada por medio de terrazas con muros de contención realizados con trozos de la propia cerámica. Se pueden establecer 3 fases en la construcción de dicha estructura: la primera abarcaría del 74 a.C. al 149 d.C.; la segunda se prolongaría hasta el 230 d.C., y la tercera está siendo investigada en la actualidad. En ello están implicados desde 1989  investigadores españoles como Rodríguez Almedia, José María Blázquez o José Romeral, en colaboración con el Dipartamento di Scienze della Terra de la universidad de Roma.

  Por cierto, hay otras seis colinas artificiales en Roma, aunque no de las mismas características: Augusto, Cenci, Citorio, Giordano, Savelli y Secco.

Curiosidades de la Historia/ 2 - Cajas destempladas

Author: Juan Nadie / Etiquetas:

    Según el diccionario de la RAE "echar a una persona con cajas destempladas" significa  "echar a alguien de un lugar con aspereza o enojo". ¿Pero de dónde procede esta expresión?
   Antiguamente, cuando a un miembro del ejército o de la milicia se le expulsaba o se le degradaba por haber cometido una falta grave (deserción, por ejemplo, o cualquier otro acto deshonroso), se le hacía acompañar en acto público por un cortejo de tambores (cajas) con los parches aflojados, es decir con las "cajas destempladas", para que su sonido no fuese el habitual. Lo mismo ocurría cuando se ajusticiaba a alguien públicamente: la comitiva que conducía al reo hasta el cadalso llevaba también sus cajas destempladas. Incluso en las procesiones de Viernes Santo, que representan el camino hacia el Calvario, se utilizaban, y no sé si se sigue haciendo en algún lugar, esos tambores desafinados.
   Tal vez fuera conveniente en la actualidad recuperar esa tradición para conducir a más de uno a las tinieblas exteriores.

La gran crisis del siglo XIV. La peste negra

Author: Juan Nadie /

    En 1348, la peste negra (peste bubónica) asola Europa, y es una de las causas de la gran crisis social y económica del siglo XIV: hambre, guerra, peste y muerte. Señales del Apocalipsis para la mentalidad de la época. La epidemia afectó más a las ciudades, debido a la concentración de la población y a las muy deficientes medidas higiénicas, y aunque los nobles no quedaron a salvo del morbo (el propio rey Alfonso XI murió a consecuencia de la peste), la mayor parte de las víctimas procedía de las clases bajas.
    La población quedó completamente indefensa, confiando solamente en la suerte y en la fe para escapar de la plaga. No es extraño, por tanto, el aumento de donaciones piadosas, la aparición de diversos movimientos religiosos o las protestas antisemitas. Los judíos fueron considerados culpables de la pandemia, acusados de envenenar las fuentes y los pozos. Comienzan los progroms, los linchamientos indiscriminados y multitudinarios, sobre todo en la corona de Aragón, donde alcanzan su momento álgido en 1391. Azuzado por sermones incendiarios, se produce el asalto a la judería de Sevilla y saqueos por todo el valle del Guadalquivir. La violencia se extiende a Castilla dejando miles de muertos. Esto da como resultado para los judíos la marginación social, la persecución legal y las conversiones forzosas.

    Pero, ¿cómo llegó a Europa la peste negra? Parece que el origen de la epidemia hay que buscarlo en la ciudad de Caffa, en Crimea, donde los comerciantes genoveses estaban siendo asediados por los mongoles. Los marinos genoveses contraerían la enfermedad, que después pasaría a través del Mar Negro a los puertos del Mediterráneo y se extendería por el interior del continente. En la primavera de 1348 la peste llega a Mallorca. En el verano de ese mismo año comienza a extenderse por toda la península, azotando con  dureza a la corona de Aragón.
   
    El contagio se producía a través de un bacilo, yersinia pestis, transmitido por las ratas a los seres humanos a través de la picadura de las pulgas. Después de unos días de incubación, la enfermedad se manifestaba por la erupción de unos ganglios abultados, los famosos bubones bubas (de ahí debe de proceder la palabra pupa), la aparición de fiebre alta, la inflamación de los órganos y por último el coma, que conducía inevitablemente a la muerte. También podía producir pulmonía, que transmitía la enfermedad por contacto directo. Existía además la creencia de que una vez fallecido el paciente, ya no había peligro para los circundantes. Nada más lejos de la realidad: en los enterramientos se liberaban todas las pulgas, lo que hacía que los casos de infectados aumentasen de forma exponencial.

    La peste negra fue el fenómeno más espectacular de la gran crisis del siglo XIV, pero no su única causa. La crisis fue también el resultado de una sucesión de malas cosechas, de una elevada presión fiscal y de los efectos de las múltiples guerras de la época, la más famosa la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia. Hubo graves problemas de subsistencia en los años 1331-1333, 1343-1346, 1367-1369, 1376-1377 y 1399-1400. 

    En España, en las Cortes de Valladolid celebradas en 1351, los procuradores de las ciudades piden al rey una disminución de impuestos "por la mortandad e por los malos temporales e por las grandes menesteres que han acaesçido". Todos los señoríos estaban "hermanados e astragados en guisa que non pueden conplir nin pagar los padrones que suelen". El rey era Pedro I, recién llegado al trono tras la muerte de su padre Alfonso XI a causa de la peste. 
    La presión fiscal dio origen  a un buen número de quejas a los reyes y de reclamaciones ante las Cortes. También a movimientos contra la nobleza. Hay noticias de protestas contra el abuso fiscal en Navarra en 1350 y revueltas contra los señores en algunas zonas castellanas, que se sucedieron hasta finales de siglo. En Galicia tuvieron gran repercusión las guerras irmandiñas, primero en 1431 y luego en el período 1467-1469, cuando el pueblo destruyó más de un centenar de castillos nobiliarios. En Mallorca, la revuelta estuvo protagonizada por los forans, que fueron aplastados por las tropas reales en 1452. En Cataluña, los payeses sufrían los llamados malos usos: derechos abusivos como la remensa, el pago que tenían que hacer a los señores si querían abandonar la tierra. En 1447 se crean los primeros sindicatos de payeses de remensa, y dos décadas más tarde las protestas antiseñoriales se conviertien en una de las causas de la guerra civil que arruinó el Principado, junto con el enfrentamiento de la oligarquía de Barcelona, agrupada en el partido de la Biga, que controlaba el gobierno de la ciudad (el Consell del Cent), y los sectores populares, encuadrados en el partido de la Busca.

    Las guerras fueron una constante del siglo XIV, pero ¿cuándo no es fiesta? Guerras civiles, guerras dinásticas, enfrentamientos fronterizos entre estados feudales, conflictos entre nobles... Se generalizaron los saqueos como una manera de obtener recursos, se comenzaron a internacionalizar los conflictos, se introdujeron armas más pesadas y eficaces. Esto, unido a la presencia cada vez más numerosa de soldados mercenarios (había que buscarse la vida), hizo que las guerras fuesen más crueles y sangrientas que nunca.

    En 1348, cuando la peste llegaba a España, los nobles aragoneses se enfrentaban al ejército real, las huestes del rey de Mallorca se batían en retirada frente a la flota de la corona de Aragón y los caballeros castellanos luchaban contra los benimerines en Gibraltar. Entre 1356 y 1365 se produjo la Guerra de los dos Pedros, entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón.  Las alianzas de los castellanos con Inglaterra y de los aragoneses con Francia extendieron a la península la Guerra de los Cien Años. Entre 1366 y 1369 estalló la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara. Posteriormente, Castilla tuvo un conflicto con Portugal, que acabó con la derrota castellana en la batalla de Aljubarrota, en 1383...

    Después de la llamada peste negra, los reinos peninsulares sufrieron otras cuatro epidemias antes de terminar el siglo XIV, varios episodios durante el siglo XV y brotes a lo largo del XVI. Los últimos casos conocidos en España se produjeron a lo largo del XVII. En el XVIII continuaron apareciendo pestilencias en diferentes lugares de Europa, sobre todo en los Balcanes, que no acabaron hasta bien entrado el siglo XIX.

    La religiosidad característica bajomedieval dio lugar a manifestaciones entre religiosas y satíricas como la Danza de la Muerte, que aún se celebra como recuerdo histórico y cultural en Verges (Girona).

Danza de la Muerte - Verges (Girona)

    La peste negra es un acontecimiento grabado a fuego en la conciencia de Europa que ha inspirado grandes obras históricas, literarias y artísticas (como el cuadro de Brueghel  que da entrada a este post), y en el siglo XX también cinematográficas, como la extraordinaria película (un clásico del cine) El séptimo sello, del director sueco  Ingmar Bergman.


Fragmento de El séptimo sello, de Ingmar Bergman (1957)

Los ramos de San Juan en el valle de Campoo

Author: Juan Nadie /

    Con los ramos de San Juan empieza la temporada de las rondas de mozos, que durará hasta San Miguel. A lo largo del larguísimo invierno campurriano todos, viejos y viejas, mozos y mozas, se holgaron en las hilas, donde a la par que hilaban y tejían, se hablaban y ponían de acuerdo los enamorados. Durante el verano, en noche plácidas de luna clara, lo mismo que en las más oscuras y tormentosas, se oyen a lo lejos los ecos de las canciones de la tierra. Es que, por los senderos del monte o por los caminos de la vega, pasan los mozos que van de ronda, que se paran a fumar junto a los pilones de la fuente, que espantan a los perros por las callejas, que entran en los corrales, que turban la rumia sosegada de las vacas y cantan a la moza de sus pensamientos. Pero todo esto tuvo su principio en que pusieron el ramo a la reja de las mozas, y se creen con derecho a que éstas les abran la puerta cuando llaman a ella pidiendo las natas.
    Creemos que los ramos y las hogueras de San Juan sean la misma cosa: la fiesta que los celtas celebraban hacia la mitad del verano, cuyas hogueras, pálido trasunto del calor y de la luz del sol, pedían fertilidad a la tierra madre. La Iglesia, en su afán de cristianizarlo todo, no pudo hacer más que cambiarle el nombre, porque el hecho sigue igual, y su significación también. Se ve el afán de cristianización en que los mozos enraman, en primer lugar, la puerta de la iglesia; y después, por orden riguroso, las ventanas de todas las mozas del lugar, cuidando mucho de que los ramos sean muy iguales o parecidos para que no haya el menor atisbo de preferencias. Si alguna moza se negó a dar el real la noche de las marzas, no extrañará que la dejen sin ramo. Ella tampoco dará las natas cuando se las pidan.
    Los mayos, las mayas y, en la toponimia, los Mayucos, tienen mucho que ver con los ramos de San Juan, y se enraíza en el culto que los celtas daban a los árboles. Dice Plinio: Los druidas afirman que no hay nada más sagrado que el muérdago y el árbol sobre el que tal planta crece, siempre que éste sea un roble. Los bosques sagrados de los druidas son los robledales, y no hay ceremonia completa sin que aparezcan las ramas de este árbol. Todo lo que crece sobre el tronco se juzga enviado de los cielos, lo que prueba que el dios ha elegido personalmente el árbol. ¿Tendrá algo que ver con este concepto del roble lo que, siendo yo joven, vi una vez en Salcedillo (Palencia)? Acababa de pasar la fiesta de San Juan y las ventanas de las mozas estaban enramadas, lo que no me extrañó, porque había visto ramos en todos los pueblos por donde había pasado. Pero noté que en unas ventanas los ramos eran de fresno, muy hermosos y atildados, y en otras de roble, toscos y desgarbados. Pregunté la razón de aquella desigualdad, y una vieja sarmentosa y acartonada me contestó: ¿No ves, tontuco, que a las que se le pone de roble es porque no tienen novio y lo desean? Yo enlazo esta contestación con la práctica que todavía se sigue de dar de comer muérdago a las vacas que pierden la cría para que limpien y empreñen, y saco como consecuencia que, con esta planta y el roble sobre el que se cría, se pide la gracia de la fecundidad, aunque los que practican este rito no sepan ya por qué lo hacen, y atribuyen al roble y al muérdago virtudes curativas que no tienen.
    También nos dice Plinio que los celtas, en sus fiestas, llevaban en procesión un árbol. Yo digo que ahora el que primero termina la recogida del heno en los prados, clava un ramo de roble o de fresno sobre la balumba del último carro que lleva al pajar; y que los maestros que acaban de levantar una casa ponen un ramo, cuanto más grande mejor, sobre el tejado.
    Con el culto que nuestros antepasados dieron a los árboles corre parejo el que dieron a las fuentes, a los pozos, a los ríos, etc. Por eso abundan tanto las fuentes conocidas con el nombre de fuente de la salud; muchas de ellas sin que tengan nada de medicinales; algunas, porque tienen algo de ferruginosas o de sulfurosas, o porque manan a una temperatura más alta de la corriente. También en las fuentes se nota el afán cristianizador de la Iglesia, pues, para borrar el regusto pagano de algunas denominaciones, se les pusieron nombres como Riega del ángelFuente de los pastoresFuente de las palomas, etc., etc.; y en sentido despectivo, cuando las fuentes eran de agua poco potable, se las llamó Fuente de los moros.

JOSÉ CALDERÓN ESCALADA, "EL DUENDE DE CAMPOO"

Mitos griegos y romanos/ 1 - Introducción

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    Los seres humanos no serían humanos si no se preguntaran acerca del mundo que les rodea. Hace muchos miles de años, cuando la humanidad aún vivía en estado primitivo, los hombres debieron de asomarse a la puerta de sus cuevas y se preguntaron qué era lo que contemplaban. ¿Qué producía el fulgor del rayo? ¿De dónde procedía el viento? ¿Por qué empezaba tan pronto el invierno y todo lo verde se secaba? ¿Y por qué todo recobraba vida a la primavera siguiente?    
    El hombre también se preguntaba sobre sí mismo. ¿Por qué los hombres enferman de vez en cuando? ¿Por qué todos envejecen y mueren? ¿Quién fue el primero en enseñarles a servirse del fuego y a tejer las ropas? 
    Eran muchas las preguntas, pero no había respuesta para ellas. Corrían los tiempos anteriores a la ciencia; antes de que el hombre hubiese aprendido a experimentar en orden a determinar el cómo y el porqué del universo. 
    El hombre primitivo tenía que inventarse las respuestas que parecían más lógicas. El furioso huracán era como el resoplido de un hombre enfurecido. Sin embargo, el viento era mucho más violento que el aliento de cualquier hombre y, además, llevaba soplando desde tiempos inmemoriales. Por consiguiente, debió de ser creado por un hombre tremendamente grande y poderoso, que no moría nunca. Este ser sobrehumano era un «dios» o un «demonio».
    El rayo tal vez fuese como la enorme y mortífera lanza de otro dios. En consecuencia, y dado que las lanzas mataban a los hombres, la enfermedad debía de ser el resultado de unas invisibles flechas arrojadas por algún otro dios.
    Puesto que hombres y mujeres al casarse tenían hijos, quizá las verdes plantas de la tierra eran los hijos del cielo (un dios) y de la tierra (una diosa). La lluvia bienhechora que hacía crecer las plantas era el matrimonio entre ambos. Puede que una diosa estuviese al cuidado de las plantas de la tierra y que se hubiese enfurecido por algún contratiempo. Con ello habría impedido que las plantas crecieran hasta que las cosas no se hubiesen arreglado. Ésta sería la razón de que las cosas verdes se secaran y llegara el invierno, y también de que la tierra, acabado el invierno, volviese a reverdecer con el advenimiento de la primavera.
    Cada grupo de seres humanos elaboró historias de este tipo; y las de algunos resultaron más atractivas y lúcidas que las de otros. Por encima de todas ellas destacaron las de los antiguos griegos. Eran gente aguda e imaginativa, dotada de gran talento literario, y crearon algunos de los relatos más fascinantes de este tipo. Estas leyendas las denominaron mitos, palabra griega que significa simplemente cuento o historia. En nuestros días empleamos el vocablo mito para designar un relato de unas características especiales: el que cuenta con hechos sobrenaturales o fantásticos que intentan explicar la naturaleza, o el que hace referencia a los dioses o demonios inventados por el hombre primitivo.
     Los griegos tomaban muy en serio sus mitos. Dado que los dioses controlaban las fuerzas naturales, era sensato tratarlos con muchos miramientos. Había que sobornarles para que enviasen la lluvia cuando ésta se hacía necesaria y rogar su indulgencia para que no mandasen enfermedades o calamidades. Por esta razón, se sacrificaban animales o se erigían bellos templos en honor suyo, o les alababan con cánticos. Y así fue modelándose una religión en torno a los mitos.
    Durante más de mil años, los hombres de la antigüedad (de los que hemos heredado nuestra civilización) creyeron en esta religión. La grandiosa literatura que crearon está repleta de ella. Denominaron estrellas y planetas con los personajes de los mitos. Crearon relatos de antepasados de vaga memoria y los convirtieron en hijos de diversos dioses y diosas. Y a sus propios niños les pusieron el nombre de estos héroes de ascendencia divina.
    Con la cristiandad, aquella antigua religión desapareció y los europeos dejaron de creer en los viejos dioses griegos y romanos. Sin embargo, persistió el recuerdo de aquellos dioses y sus mitos. La antigua literatura no murió; tenía demasiada importancia para que sucediera tal cosa. Todavía hoy leemos la Ilíada y la Odisea de Homero. Leemos las grandes obras teatrales de los dramaturgos griegos. Leemos las fábulas de Esopo y las obras históricas y filosóficas de griegos y romanos. En todas ellas aparecen con gran frecuencia los dioses y los mitos.
    En realidad, los relatos griegos resultaban tan fascinantes que incluso después de la aparición de la cristiandad, los hombres no se consideraban ilustrados si no habían estudiando todas aquellas historias. Los hombres instruidos incorporaban a su léxico palabras de los mitos, y algunas de ellas han perdurado en el lenguaje. Por esta razón todavía hoy se encuentran trazas de los mitos griegos en todas las lenguas europeas, incluida la castellana. Por ejemplo, la señal acústica de los coches de la policía es una sirena, y una morsa es un sirenio; un organillo circense es un calíope, y un acalefo es una medusa. Gritamos con voz estentórea y prestamos atención a un mentor o a un barbudo nestoriano. En todos estos casos evocamos relatos griegos: las Sirenas eran una trampa mortal, Calíope una diosa, Medusa y Equidna monstruos horribles, y Esténtor, Méntor y Néstor eran hombres.
    Los científicos, en especial, obtuvieron su terminología de los antiguos mitos. Hasta hace pocos años, el latín y el griego eran las lenguas usuales de hombres eruditos de todas las naciones. Cuando se hacía preciso dar un nombre a un nuevo animal, planeta, elemento químico o fenómeno, habría sido incómodo que los científicos de cada nacionalidad emplearan términos de su propio idioma. Por ello, se impuso la costumbre de darles nombres latinos o griegos que todas las nacionalidades podían emplear. Como los mitos griegos eran tan conocidos, resultó natural elegir los términos de estos mitos siempre que fueran adaptables a la situación. A título de ejemplo, cuando el uranio fue desintegrado por vez primera mediante fisión, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, apareció un nuevo elemento en medio de aquel mortífero calor radioactivo. Se le denominó prometio, basándose en Prometeo, un personaje de la mitología griega que desafió al terrible calor radiactivo del Sol para proporcionar el fuego a la humanidad. [...]
    Estas antiquísimas historias, que han perdurado durante más de tres mil años, todavía forman parte de nuestras vidas cotidianas. La comprensión de los mitos nos ayudará a comprendernos mejor.

De Las Palabras y los Mitos
Continuará...