La gran crisis del siglo XIV. La peste negra

Author: Juan Nadie /

    En 1348, la peste negra (peste bubónica) asola Europa, y es una de las causas de la gran crisis social y económica del siglo XIV: hambre, guerra, peste y muerte. Señales del Apocalipsis para la mentalidad de la época. La epidemia afectó más a las ciudades, debido a la concentración de la población y a las muy deficientes medidas higiénicas, y aunque los nobles no quedaron a salvo del morbo (el propio rey Alfonso XI murió a consecuencia de la peste), la mayor parte de las víctimas procedía de las clases bajas.
    La población quedó completamente indefensa, confiando solamente en la suerte y en la fe para escapar de la plaga. No es extraño, por tanto, el aumento de donaciones piadosas, la aparición de diversos movimientos religiosos o las protestas antisemitas. Los judíos fueron considerados culpables de la pandemia, acusados de envenenar las fuentes y los pozos. Comienzan los progroms, los linchamientos indiscriminados y multitudinarios, sobre todo en la corona de Aragón, donde alcanzan su momento álgido en 1391. Azuzado por sermones incendiarios, se produce el asalto a la judería de Sevilla y saqueos por todo el valle del Guadalquivir. La violencia se extiende a Castilla dejando miles de muertos. Esto da como resultado para los judíos la marginación social, la persecución legal y las conversiones forzosas.

    Pero, ¿cómo llegó a Europa la peste negra? Parece que el origen de la epidemia hay que buscarlo en la ciudad de Caffa, en Crimea, donde los comerciantes genoveses estaban siendo asediados por los mongoles. Los marinos genoveses contraerían la enfermedad, que después pasaría a través del Mar Negro a los puertos del Mediterráneo y se extendería por el interior del continente. En la primavera de 1348 la peste llega a Mallorca. En el verano de ese mismo año comienza a extenderse por toda la península, azotando con  dureza a la corona de Aragón.
   
    El contagio se producía a través de un bacilo, yersinia pestis, transmitido por las ratas a los seres humanos a través de la picadura de las pulgas. Después de unos días de incubación, la enfermedad se manifestaba por la erupción de unos ganglios abultados, los famosos bubones bubas (de ahí debe de proceder la palabra pupa), la aparición de fiebre alta, la inflamación de los órganos y por último el coma, que conducía inevitablemente a la muerte. También podía producir pulmonía, que transmitía la enfermedad por contacto directo. Existía además la creencia de que una vez fallecido el paciente, ya no había peligro para los circundantes. Nada más lejos de la realidad: en los enterramientos se liberaban todas las pulgas, lo que hacía que los casos de infectados aumentasen de forma exponencial.

    La peste negra fue el fenómeno más espectacular de la gran crisis del siglo XIV, pero no su única causa. La crisis fue también el resultado de una sucesión de malas cosechas, de una elevada presión fiscal y de los efectos de las múltiples guerras de la época, la más famosa la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia. Hubo graves problemas de subsistencia en los años 1331-1333, 1343-1346, 1367-1369, 1376-1377 y 1399-1400. 

    En España, en las Cortes de Valladolid celebradas en 1351, los procuradores de las ciudades piden al rey una disminución de impuestos "por la mortandad e por los malos temporales e por las grandes menesteres que han acaesçido". Todos los señoríos estaban "hermanados e astragados en guisa que non pueden conplir nin pagar los padrones que suelen". El rey era Pedro I, recién llegado al trono tras la muerte de su padre Alfonso XI a causa de la peste. 
    La presión fiscal dio origen  a un buen número de quejas a los reyes y de reclamaciones ante las Cortes. También a movimientos contra la nobleza. Hay noticias de protestas contra el abuso fiscal en Navarra en 1350 y revueltas contra los señores en algunas zonas castellanas, que se sucedieron hasta finales de siglo. En Galicia tuvieron gran repercusión las guerras irmandiñas, primero en 1431 y luego en el período 1467-1469, cuando el pueblo destruyó más de un centenar de castillos nobiliarios. En Mallorca, la revuelta estuvo protagonizada por los forans, que fueron aplastados por las tropas reales en 1452. En Cataluña, los payeses sufrían los llamados malos usos: derechos abusivos como la remensa, el pago que tenían que hacer a los señores si querían abandonar la tierra. En 1447 se crean los primeros sindicatos de payeses de remensa, y dos décadas más tarde las protestas antiseñoriales se conviertien en una de las causas de la guerra civil que arruinó el Principado, junto con el enfrentamiento de la oligarquía de Barcelona, agrupada en el partido de la Biga, que controlaba el gobierno de la ciudad (el Consell del Cent), y los sectores populares, encuadrados en el partido de la Busca.

    Las guerras fueron una constante del siglo XIV, pero ¿cuándo no es fiesta? Guerras civiles, guerras dinásticas, enfrentamientos fronterizos entre estados feudales, conflictos entre nobles... Se generalizaron los saqueos como una manera de obtener recursos, se comenzaron a internacionalizar los conflictos, se introdujeron armas más pesadas y eficaces. Esto, unido a la presencia cada vez más numerosa de soldados mercenarios (había que buscarse la vida), hizo que las guerras fuesen más crueles y sangrientas que nunca.

    En 1348, cuando la peste llegaba a España, los nobles aragoneses se enfrentaban al ejército real, las huestes del rey de Mallorca se batían en retirada frente a la flota de la corona de Aragón y los caballeros castellanos luchaban contra los benimerines en Gibraltar. Entre 1356 y 1365 se produjo la Guerra de los dos Pedros, entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón.  Las alianzas de los castellanos con Inglaterra y de los aragoneses con Francia extendieron a la península la Guerra de los Cien Años. Entre 1366 y 1369 estalló la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara. Posteriormente, Castilla tuvo un conflicto con Portugal, que acabó con la derrota castellana en la batalla de Aljubarrota, en 1383...

    Después de la llamada peste negra, los reinos peninsulares sufrieron otras cuatro epidemias antes de terminar el siglo XIV, varios episodios durante el siglo XV y brotes a lo largo del XVI. Los últimos casos conocidos en España se produjeron a lo largo del XVII. En el XVIII continuaron apareciendo pestilencias en diferentes lugares de Europa, sobre todo en los Balcanes, que no acabaron hasta bien entrado el siglo XIX.

    La religiosidad característica bajomedieval dio lugar a manifestaciones entre religiosas y satíricas como la Danza de la Muerte, que aún se celebra como recuerdo histórico y cultural en Verges (Girona).

Danza de la Muerte - Verges (Girona)

    La peste negra es un acontecimiento grabado a fuego en la conciencia de Europa que ha inspirado grandes obras históricas, literarias y artísticas (como el cuadro de Brueghel  que da entrada a este post), y en el siglo XX también cinematográficas, como la extraordinaria película (un clásico del cine) El séptimo sello, del director sueco  Ingmar Bergman.


Fragmento de El séptimo sello, de Ingmar Bergman (1957)